No Creas En Leyendas

jueves, 24 de mayo de 2012

ADELANTO DE MI OBRA (AUN SIN TITULO): "LA ÚLTIMA PARTIDA DE BÚSQUEDA"

   Observaba las puertas de la ciudad; esas puertas que nos separaban del temido bosque. Después de dos meses aun tenía la esperanza de que Nazan*, desaparecido en extrañas circunstancias, reapareciese.
   Estaba amaneciendo y pronto comenzaría a llover. Las puertas se abrieron y un grupo de de una vientena de personas salimos al exterior. Hoy partiría la ultima partida de búsqueda. La última esperanza para encontra a Nazan*.
    Aun no habíamos perdido de vista la ciudad cuando comenzó a llover. Pasamos horas buscando a Nazan* sin resultado y comenzaba ya a anochecer; el suelo estaba embarrado y los ruidos del bosque nos despistaban casi tanto como no atemorizaba.
   De repente el cielo se iluminó y segundos después un ruido atronador rasgó el cielo. Intentamos volver al camino pero era totalmente imposible, donde hace unas horas se encontraba el camino a casa ahora había un ruidodso rio de aguas turbulentas. Nuestra única opción era volver al interior del bosque y refugiarnos en un antiguo granero abandonado.
   Encendimos todos los candiles de los que disponíamos y nos encaminamos hacia el interior del bosque. Una vez dentro encendimos varias fogatas y nos encerramos en el granero. Decidimos pernoctar allí así que montamos guardia para estar siempre alerta de los peligros del temido bosque.

   Era  noche cerrada cuando, en mi guardia, comenzé a escuchar ruidos y golpes en las puertas del granero. Me apresuré a despertar a los demás.
    Preparados con cuchillos, hoces, guadañas e incluso con mi arco nos dispusimos a  a abrir una de las puertas.

   Me coloqué frente a las puertas a una considerable distancia, cargué el arco, tense la cuerda y lo alcé. En ese momento se abrieron las puertas...

   Ante nosotros, bajo la lluvia, había una figura humana con una capucha, al que no le podíamos ver la cara. De pronto, un relampago iluminó el cielo y todos le pudimos ver la cara. Era Nazan*.

 Todos se presuraron a cubrirlo con paños secos y hacerleentrar. Todosle abrazaban y contemplaban ahora su rostro a la luz de las hogueras, pero, por alguna razón yo estabaclavado el el sitio, incapaz de moverme.

    Había algo extraño en él.Poco a poco me acerqué hasta colocarme frente a él. Él no me miraba, estaba demasiado ocupado recibiendo abrazos pero cuando me me puse a su lado, me miró a los ojos y al punto me dí cuenta del grave error que habiamos cometido. Desde un rostro de aparente felicidad me observaban unos ojos negros y profundos que poco tenían que ver con los ojos claros de Nazan.

    -Tu...-dije-Tu no eres Nazan*.

  En ese momento alcé el arco y apunte directamente a su rostro.Escuche gritos y susurros y al momento sentí como mis compañeros me reducían. Me revolví y lesgrite. No entendían como nadie se había dado cuenta de que la persona que teníamos ante nosotros no era Nazan. Se lo dije; se lo grité. Sentí como me golpeaban en la nuca y como perdía el conocimento...

   Desperté en la camilla del enfermería y me levanté un poco aturdido. No había nadie en la habitación así que salí. nada más abrir la puerta un grupo de personas encabezadas por mi madre me rodearon explicandome que me había golpeado y tenía una leve conmoción.
  En ese momento giró por la esquina Nazan y pude deducir por la cara de preocupación de mi madre que me había puesto blanco...
   -¡¿PERO QUÉ HACE ÉL AQUÍ?!- les grité, y movido como por un resorte salí corriendo del pasillo de la enfermería.
   No sabía donde ir, simplemente corría. Apenas fui consciente de lo que hacía cuando cruce las puertas de la ciudad.
   No paré hasta que no me vi obligado a parar para tomar un poco de aire, pero pa entonces ya estaba en pleno bosque.De repente vi una sombra que se cruzaba justo por donde ya acababa de pasar. No me lo pensé dos veces y salí corriendo. A cada paso que daba lo que quisiese que fuese lo que me seguía se acercaba. Corrí hasta que de pronto dejé de escuchar ni ver nada. me tomé un respiro y me recosté sobre un árbol.
   Entonces algo me goteó, primero en un hombro y luego en la cara. Miré habia arriba y descubrí la chaqueta rasgada de Nazan*. Era eso lo que goteaba, goteaba sangre. De repente escuché una rspiración a mi espalda y me dí la vuelta para toparme con los ojos negros que ahora eran los ojos de Nazan*.

  Justo en ese momento un grito me despertó.




* Los nombres de los personajes seguramente los cambie...